Democracia en el país y en la cama

En Chile al igual que en el mundo, se pueden identificar diferentes olas del movimiento feminista, las cuáles están estréchamente asociadas con la coyuntura historica en las que están incertas. Así, si la primera ola se caracterizó por aunar las voces de diferentes mujeres que exigían el voto femenino; la segunda ola estuvo marcada por el contexto de la dictadura y movimientos de oposición a esta. Es importante aclarar que el movimiento feminista se reactiva en este periodo a raíz las violaciones a los derechos humanos.

Mediante panfletos y participación, grupos de mujeres levantaron la voz ante las atrocidades que sufría el país, ya que los medios de comunicación eran favorables al régimen. Por lo que las calles fueron el espacio para difundir las demandas que no solo se restringía al retorno a la democracia, sino a la transformación del rol social de la mujer. Con esto, surgen panfletos con frases como “Democracia en el país y en la cama” o “La mujer da la vida. La dictadura la extermina”, donde se manifestaba la importancia de la Democracia para avanzar en el cuestionamiento de los roles de género, pero también, la participación de la mujer para asegurar la democracia.

En este proceso, cobró relevancia el trabajo de mujeres como Julieta Kirkwood, socióloga y politóloga de la Universidad de Chile, que cuestiona el rol de la mujer en el espacio público, defendiendo la idea de que sin feminismo no hay democracia, ya que debían existir espacios para la participación femenina en la política, para lograr una transformación social.