Nuestra furia es conciencia

En la editorial de la revista Furia (nº 2, 1981), editada en clandestinidad por un grupo de feministas socialistas, se relata cómo llegaron a dar con el nombre de la revista: no querían un nombre de heroína, sino uno que expresara lo que sentían tras miles de años de opresión y ocho de dictadura, y la respuesta fue unánime: sentían furia. Ese afecto, que tradicionalmente queda relegado junto a toda la emocionalidad aparentemente ciega e irracional al espacio de vida privada, ellas lo reivindicaban como profundamente político: “Nuestra furia es conciencia”, dijeron. Así nace Furia (1981-1984), una publicación en la que participaron Julieta Kirkwood, Eugenia Hola, Riet Delsing y Macarena Mack, entre muchas otras mujeres militantes y simpatizantes del socialismo que escribieron, ilustraron, editaron y diseñaron sus páginas. En sus editoriales, que solía escribir Julieta con el seudónimo de Adela H., podemos encontrar reflexiones que todavía hoy siguen abriendo caminos para la imaginación política: “El complejo camino socialista es algo más que el camino del Estado. Es el camino por donde se cambia la vida”, decían el nº 5, de 1983.

Furia fue una de las diversas revistas y boletinas con las que organizaciones de mujeres de izquierdas, pobladoras, feministas e intelectuales hicieron circular sus reflexiones sobre la política que atravesaba el país y sus casas, con las que abrieron un debate que hoy seguimos sosteniendo y tejiendo. Se pueden leer los números completos de las revistas digitalizadas en https://boletinasfeministas.org/.